LAS HADAS
Érase una viuda que tenía dos hijas; la mayor se le
parecía tanto en el carácter y en el físico, que
quien veía a la hija, le parecía ver a la madre.
Ambas eran tan desagradables y orgullosas que
no se podía vivir con ellas.
La menor, verdadero retrato de su padre, por su
dulzura y suavidad, era
además de una extrema
belleza. Como por
naturaleza amamos a
quien se nos parece,
esta madre tenía
locura por su hija mayor
y a la vez sentía una
aversión atroz por la menor. La hacía comer en la
cocina y trabajar sin cesar.
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